domingo, 2 de febrero de 2014

Gabriel Silva y su sueño de ser astronauta

Para Gabriel Silva correr al planeta y ser durante un momento un cosmonauta fue siempre un ensueño, que casi se hace ingenuidad el mes pasado, cuando fue seleccionado entre 80 mil componentes de todo el globo para participar en un auditorio lanzado por la cicatriz Axe a religiosa del éxito de su crema Apollo, para verificar un voladizo suborbital. Estudiante de ingeniería, de 19 años de perduración, Silva dijo a El Observador que no le importa no haber estado entre los cuatro ganadores del desafío, dado que la experimentación fue inexistente desde todo punto de vista. Este oriental que piensa concluir su estría de ingeniería en Uruguay para posteriormente actuar un posgrado en el frente –“para ser algún trayecto un cosmonauta ingeniero con opciones ciertas de cuidarse en la Nasa o en la Agencia Europea”– perla que desde chiquito quiere ajustar al clima a toda playa. “cuando vi la oferta por internet, me interesó en seguida y comencé a recubrir los recetarios para mando participar. Más delante creé mi rasgo, como ellos pedían, y luego me puse a acoger juramentos por Facebook, contactar amigos, etcétera”, explicó. En diciembre de 2013, viriles de todas partes del planeta compitieron para participar del perfeccionamiento astral en la llamada Academia Espacial Axe Apollo (Aasa, por sus siglas). La campaña se desarrolló simultáneamente en 75 países bajo el emblema Viaja un hombruno, vuelve un valiente. Gabriel Silva nota que el solo hecho de alucinar a Orlando (Florida) y a Cabo Cañaveral, cabo icónico en cuanto a impulso de responsabilidades esterales ahora valió el desvelo previo de obtener los compromisos. “armaron un camping pegado a la basa. Allí éramos 116 cualquieras, de todas partes del universo, conviviendo todo el trayecto, porque a los coordinadores les interesaba percatar más allá de las posturas físicas, importaba la guisa de marcharse con los demás que tenía cada uno de nosotros”. Una sucesión en Estados Unidos, las amenazas comenzaron el primer vencimiento, cuando los concursantes vivieron la madurez de resquilar a un nave espacial supersónico. “apenas llegados nos hicieron blandir a un Air Combat Usa, para sentir si podíamos conformarse la energía G. Fue inexistente, el automovilista hacía cabriolas constantemente, daba giros de 360 visos, para así ampliar gradualmente la protesta por la modificación de la gravitación y disimular las mismas categorías que tendría el viaje”, relató. Cuenta a más que el tercer trayecto fue peculiar, porque estuvo en una baga especialmente diseñada para testear cosmonautas. “en esa experimentación te dan un precepto algorítmico que tenés que exhumar sí o sí cuando salís de la máquina”. El oriental, que no se rinde en su avaricia de apartarse el ideal de zarpar al medio, dice que a más de la trascendental práctica, consiguió “un registro que me fue entregado en tirada por el mismísimo Buzz Aldrin, segundo varonil posteriormente de Amstrong en hollar la Luna, lo que fue un vencimiento cabalístico e notable para mí”.
fuente_:
http://seochileblog.blogspot.com/


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